Chapo Guzmán buscará control de frontera EE.UU.

Según expertos, con la captura del Z-40 (el jefe de Los Zetas) el cártel de Sinaloa, comandado por el "Chapo" Guzmán, tiene en la mira apoderarse de Nuevo Laredo, que por su posición geográfica le daría absoluto control por tierra del tráfico de drogas hacia los EE.UU.

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elsalvador.com

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2013-08-03 9:00:00

MÉXICO DF. Poco después de escapar de prisión en el 2001, el narcotraficante mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán intentó apoderarse de Nuevo Laredo, uno de los puntos fronterizos más codiciados para el tráfico de drogas hacia Estados Unidos y que estaba en poder de un cártel rival.

Pero los sicarios del capo máximo del narcotráfico mexicano fueron inesperadamente aplastados por Los Zetas, un grupo de exmilitares que se convirtió durante la década siguiente en una las organizaciones más poderosas y sanguinarias del país.

Ahora Guzmán y su cártel de Sinaloa tendrían una nueva oportunidad de conquistar Nuevo Laredo y consolidar el control del tráfico de drogas a Estados Unidos tras el arresto en julio del máximo cabecilla de Los Zetas: Miguel Ángel Treviño, alias el Z-40.

“Ellos van a enfocar las baterías sobre todo para ver si pueden tener presencia fuerte y en una de esas hasta el dominio de Nuevo Laredo, que es una plaza muy, muy codiciada”, dijo Eduardo Guerrero, un analista de seguridad de la firma Lantia Consultores en Ciudad de México.

Una ofensiva por Nuevo Laredo podría resultar en un baño de sangre, como ocurrió a fines de la década pasada cuando Guzmán le arrebató Ciudad Juárez al cártel local. Y eso acentuaría la percepción de riesgo en México, donde la brutalidad del narco ha desafiado al turismo y las inversiones en la última década.

Guzmán, prófugo desde hace más de una década, es considerado por Washington como el mayor traficante de marihuana, cocaína, heroína y metanfetaminas a EE.UU.

Junto con sus socios Ismael “El Mayo” Zambada y Juan José “El Azul” Esparragoza controla puntos neurálgicos del narcotráfico como Tijuana sobre el Pacífico y Ciudad Juárez en el centro de la frontera de 3,200 kilómetros con Estados Unidos.

Si se apodera además de Nuevo Laredo, su control del tráfico de drogas por tierra a EE.UU. será casi absoluto.

Futuro incierto para Los Zetas

La captura de Treviño mientras se desplazaba en su camioneta con dos millones de dólares en efectivo es el primer gran éxito del Gobierno del presidente Enrique Peña, que al asumir en diciembre del 2012 heredó de su antecesor Felipe Calderón una ola de violencia pocas veces vista en la historia de México.

Pero analistas de seguridad advierten que aún está por verse cómo reaccionarán Los Zetas a la detención de su jefe, que llevó la violencia del narcotráfico hasta extremos inimaginables con la decapitación el año pasado de 49 personas cerca de la ciudad industrial de Monterrey o asesinatos masivos de inmigrantes en el nordeste de México.

Las disputas entre cárteles rivales por el control del tráfico de drogas a Estados Unidos, el mayor mercado del mundo, dejó más de 70,000 personas muertas durante los seis años de Gobierno de Calderón (2006-2012). Y más de 6,000 han muerto durante los primeros meses de la administración de Peña.

Algunos expertos creen que Los Zetas podrían bajar momentáneamente su perfil tras la captura de Treviño.

“Hay que esperar un repliegue por parte de esta organización”, dijo Gerardo Rodríguez, un especialista en seguridad y terrorismo del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia. “Porque si levantan ‘tantito’ la cabeza van a ser objetivo del Gobierno, que busca quién va a ser el sucesor”.

Otro escenario, dice el exjefe de los servicios de inteligencia durante el Gobierno de Calderón, Guillermo Valdés, es que la captura de Treviño desate una lucha interna por el poder dentro de Los Zetas en los estados que controlan, desde Tamaulipas donde está Nuevo Laredo hasta Quintana Roo, donde se ubica el centro turístico de Cancún.

Y por atractivo que parezca, Guzmán debería pensarlo dos veces antes de lanzar una ofensiva por el control de Nuevo Laredo.

“La tentación va a ser grande”, dijo Valdés. “El problema es que pudiera no convenirle ir por Nuevo Laredo porque si se eliminan Los Zetas y quedan como el único enemigo del Gobierno, el Gobierno va a ir por ellos”.

Enemigo público No 1

Pero consolidar su control de la frontera con Estados Unidos podría bien valer el riesgo para Guzmán, que según observadores y expertos va camino a convertir a Sinaloa en la mayor organización criminal del hemisferio, con conexiones en todo el mundo.

Guzmán, que de niño trabajaba en la recolección de amapola en su natal Sinaloa y hoy es considerado por la revista “Forbes” como el narcotraficante más rico del mundo con una fortuna de 1,000 millones de dólares, fue declarado en febrero enemigo público número de uno de Chicago, algo que la ciudad estadounidense había hecho sólo con el capo mafioso Al Capone a comienzos del siglo pasado.

“Comparado con Guzmán, Al Capone se ve como un novato”, dijo en esa ocasión J.R. Davis, presidente de la Comisión del Crimen de Chicago, una organización no gubernamental de la ciudad.

Guzmán se fugó en enero del 2001 del penal de máxima seguridad de Puente Grande, en el occidental estado de Jalisco, disfrazado de policía. Según el libro “Los Malditos”, de reciente aparición, el jefe del cártel de Sinaloa tenía sobornado a gran parte del personal de la prisión, donde incluso organizaba fiestas con grupos musicales.

Desde entonces los intentos por recapturarlo han sido inútiles y a su alrededor ha habido escasos arrestos debido, según algunos analistas, a la gran red de protección policíaca y de altos funcionarios que ha logrado tejer.

Guzmán se ha concentrado en el negocio del narcotráfico y expande su poder mediante la compra de protección a todos los niveles. Los Zetas, en cambio, se han caracterizado por sembrar el terror con extorsiones y violencia extrema. Además de las drogas se han metido en otros negocios como el tráfico de personas, la piratería y el secuestro de inmigrantes.

Si Guzmán va a por Nuevo Laredo y logra emerger como el dueño de la frontera, su hegemonía territorial podría hacer bajar los niveles de violencia en México. El cártel de Sinaloa es percibido como menos violento con la población civil que sus rivales del Cártel del Golfo y Los Zetas.

“La idea general es que si un grupo criminal prevalece sobre territorios que generaban conflicto armado vas a tener menor violencia”, dijo Edgardo Buscaglia, un profesor de derecho del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).

“Pero eso es una obscenidad”, añadió. “Viola el principio de legalidad, de responsabilidad política del funcionario público. Y viola la Constitución”, acotó . —AGENCIAS