Hasta hace algunos años, los alimentos procesados o con aditivos eran señalados como nocivos y carentes de compuestos nutricionales, sin embargo, expertos en nutrición afirman que hoy por hoy es seguro ingerir este tipo de productos.
“Actualmente los alimentos con aditivos cuentan con el aval de instituciones sanitarias de prestigio como la Administración estadounidense de Alimentos y Medicinas (FDA, por sus siglas en inglés), pues ellos han establecido parámetros en cuanto a la cantidad y tipo de aditivos que puede llevar cada alimento”, argumentó Mirella de Wollants, nutricionista.
Asimismo la especialista agregó que la FDA no distingue entre alimentos ‘buenos o malos’, sino entre prácticas de tratamiento y almacenamiento de los alimentos.
En ese sentido, los alimentos que puedan ser consumidos o no dependerá de los hábitos o normas de higiene, tanto de las personas como de los establecimientos que manipulan alimentos y pueden llegar a poner en riesgo la salud de las personas.
“La creencia popular indica que los alimentos enlatados son perjudiciales para la salud debido a los preservantes, sin embargo, lo realmente dañino es la forma en que se manipula su contenido, pues generalmente las personas una vez que abren las latas tienden a conservar el resto de su contenido en la misma lata, lo que propicia la proliferación de la bacteria botulínica”, explicó Wollants.
Según la experta, lo más dañino al almacenar los alimentos de esa manera es que las latas una vez abiertas despiden toxinas al igual que los empaques tetra pack, lo que al final es lo que perjudica la salud del consumidor.
Lo más recomendable, dijo Mirella, es guardar el resto en un recipiente de plástico.
Otras de las indicaciones para los consumidores es que deben aprender a leer en las instrucciones de consumo de los alimentos procesados y envasados, así como su fecha de caducidad, las condiciones en que se deben mantener e incluso las normas básicas de higiene y seguridad.
Wollants recalcó que incluso se debe ser precavido con los alimentos orgánicos, ya que desde que fueron recolectados hasta que llegaron a sus destinos de venta adquirieron bacterias o microorganismos que pueden generar diferentes enfermedades, “deben de ser manipulados con los mismos estándares de higiene”, aconsejó. —EDH