Son atrasos que ocurren por la misma crisis económica que tienen las empresas formales, dijo ayer Pablo Arturo Durán, miembro de Unión Mipymes, sobre el dinero que se descuenta a los trabajadores como cotización a las AFP, pero que no ha sido cancelado.
Como en una familia, dice, se cumple con compromiso financiero, pero se deja de pagar otro. Lo mismo ocurre con las empresas, que en la gran mayoría, prefieren pagar primero los salarios de los trabajadores y luego los impuestos, “porque si no lo hace incurre en un delito y puede ir preso”. Otros pagos como AFP, Seguro Social y proveedores, quedan para después.
“El flujo de efectivo de las empresas por la mala situación económica contribuye a que existan atrasos en los pagos, no solo de una obligación, sino que de varias. Muchas veces no es mala intención no pagar, pues es normal que eso ocurra cuando hay crisis económica”, afirmó.
A juicio de Durán, también incide algunas reformas fiscales que el gobierno salvadoreño ha implementado en los últimos años, como el aumento del impuesto del pago a cuenta que pasó de 1.50 % a 1.75 %, restando así capacidad de pago a las empresas.
Asimismo, los atrasos en que incurre el gobierno en el pago a proveedores y “cuando una pequeña empresa no recibe el pago por los servicios o productos vendidos al gobierno se atrasa en sus pagos. Para evitar ese problema muchas empresas han dejado de venderle a los ministerios”, dijo el empresario.
Durán destacó que hay muchas empresas que están en la informalidad, y no cumplen con lo que dicta la Ley. En ese caso no son atrasos en los compromisos, sino que simplemente no cumplen con sus pagos.
Para el analista económico, Rigoberto Monge, representante de la empresa privada es un tema muy importante porque se trata de las cotizaciones de los trabajadores, quienes tienen derecho a una jubilación digna al final de su vida laboral.
Sin embargo, en estos casos la ley tiene los procedimientos administrativos necesarios para la recuperación de los montos no pagados.