Ataque de mareros en Juayúa deja 2 muertos y 5 heridos

De las cinco personas lesionadas, sólo una permanecía hasta ayer hospitalizada

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Una adolescente, de 15 años, resultó herida por una bala que atravesó la pared de su casa. La joven se recupera en su vivienda. Fotos EDH / miguel villalta

Por Jorge Beltrán Luna nacional@elsalvador.com

2013-06-23 8:00:00

Mario Corado Lúe y Óscar Armando Campos, de 23 y 26 años, fueron asesinados por un grupo de pandilleros en el cantón Los Naranjos, municipio de Juayúa, departamento de Sonsonate.

En el ataque, perpetrado el sábado a las 7:30 p.m., también resultaron con heridas de bala cinco personas más, entre éstas dos menores de edad, según constató El Diario de Hoy con parientes de las víctimas.

Los heridos fueron identificados como los hermanos Norma y Tomás Fuentes, Jaime Campos y dos menores de 15 y 12 años y primos entre sí.

El ataque ocurrió a 500 metros del puesto policial del referido cantón, cuyos efectivos dijeron que no podían dar información al respecto.

No obstante, extraoficialmente se supo que un operativo policial efectuado inmediatamente después del crimen dejó como resultado la detención de tres jóvenes, entre éstos a un hijo y un sobrino de dos agentes de la Policía Nacional Civil (PNC).

Según testigos del ataque, cuatro jóvenes estaban consumiendo licor a la altura del kilómetro 81 de la carretera que conecta las ciudades de Sonsonate y Santa Ana, cuando fueron sorprendidos por un grupo de entre cinco y ocho presuntos pandilleros que vestían ropas similares al uniforme azul negro de la PNC.

Algunos de los atacantes llevaban los rostros cubiertos e iban armados con machetes y pistolas, incluyendo un fusil AK-47 y desde la orilla de unos cafetales abrieron fuego contra el grupo de jóvenes.

Óscar y Mario recibieron la mayor cantidad de disparos y cayeron de inmediato al suelo, donde fueron rematados a machetazos.

Mario murió en el lugar mientras que Óscar fue trasladado al hospital nacional Jorge Mazzini, de Sonsonate, donde murió minutos después de haber llegado.

De acuerdo con vecinos, algunos de los atacantes viven en una lotificación conocida como La Colonia, donde operan miembros de la Mara Salvatrucha (MS).

Fue en ese lugar que horas después del ataque, la PNC arrestó como a sospechosos a tres jóvenes, entre estos dos parientes de miembros de la corporación policial.

Según vecinos de Los Naranjos, en el lugar donde fue cometido el crimen hay presencia de la pandilla 18; sin embargo, ni la policía ni los vecinos señalaron a las víctimas mortales o los lesionados, como miembros de esa agrupación criminal.

Adolescentes lesionados por balas perdidas

Los menores estaban dentro de sus viviendas, distante pocos metros del ataque cuando escucharon la balacera que duró unos tres minutos.

Luego, vinieron los lamentos de los heridos y los gritos de auxilio de los mismos.

Uno de ellos no se percató que había sido herido hasta que intentó ponerse de pie de donde estaba sentado y sintió la pierna ensangrentada.

Igual ocurrió con el otro, quien conversaba con su prima al momento de la balacera. Ambos fueron lesionados, afirmaron sus padres, por balas que rebotaron en el pavimento.

Los dos adolescentes fueron llevados al hospital Jorge Mazzini pero fueron devueltos a sus casas luego de determinar que las heridas eran leves y que no necesitaban hospitalización.

Ayer al mediodía, los dos muchachos permanecían encerrados en la misma vivienda donde las balas los alcanzaron; parecían temerosos de asomarse a la calle.

Entre tanto, Norma Fuentes resultó lesionada porque ella iba a conminar a su hermano, Tomás Fuentes, a que se fuera a encerrar a su casa, distante unos cien metros de donde ocurrió el ataque.

La joven fue dada de alta la noche misma del sábado, al igual que Jaime Antonio.

El único que hasta ayer permanecía hospitalizado era Tomás, aunque sus heridas no era comprometían su vida, indicaron parientes y vecinos.

Temen hablar del hecho

Parientes de los dos jóvenes asesinados se mostraron tan herméticos como los agentes policiales del puesto del cantón Los Naranjos.

El temor, según dijeron algunos vecinos, es porque los asesinos son pandilleros del mismo cantón cuyas viviendas distan menos de un kilómetro de donde vivían todas las víctimas.

Asimismo, las mismas fuentes dijeron que el miedo a hablar del caso es porque entre los atacantes andaban dos jóvenes de los cuales uno es hijo y otro es sobrino de dos policías, lo cual les genera desconfianza de colaborar con las autoridades.

“Aquí hay algunos policías que saben que esos babosos son parientes de los policías, que viven junto con esos policías y dígame usted, con qué confianza uno va a darles información”, se quejó una lugareña.

Los tres capturados permanecían ayer en la delegación policial de Sonsonate y se desconoce si al momento de ser arrestados les decomisaron las armas con que cometieron el ataque.