QUEZALTEPEQUE. Tras someterse a una serie de medidas judiciales —de protección de su compañera de vida, que lo demandó por violencia intrafamiliar—, Douglas Moreno admitió que renunció al cargo de viceministro de Justicia y Seguridad al ver venir ese litigio.
El Juzgado Primero de Paz de Quezaltepeque, La Libertad, le ordenó a Moreno no acercarse a su compañera en los siguientes seis meses, ni agredirla física ni psicológicamente. También le prohibió portar armas de fuego.
La audiencia judicial, que duró casi tres horas, se llevó a cabo a puerta cerrada, según lo exige la ley, para salvaguardar la intimidad de la familia.
El exviceministro reafirmó que su condición de salud incidió en su decisión, pero no negó que su problema personal había sido el detonante de su renuncia.
“Entiendo lo que está pasando ahorita, la situación es por mi expuesto”, dijo el exviceministro al ser rodeado por los medios de prensa, y expresó que “la situación” en la que se ve involucrado “es un motivo personal que debo enfrentar como ciudadano”.
El pasado fin de semana el presidente Funes pidió que no se especulara sobre la renuncia del viceministro de Justicia, la cual atribuyó a problemas de salud. La renuncia de Moreno ocurrió después de que admitió que él había autorizado el traslado de dos peligrosos convictos de la cárcel a un culto evangélico donde se les entrevistó para un programa de televisión.
La comparencia de Moreno se extendió más de lo usual por las extensas participaciones de las dos abogadas asignadas a la víctima, trascendió en los corrillos del tribunal.
Con 20 minutos de anticipación, el exviceministro Moreno llegó a la cita judicial y, aunque no puso reparo para atender a los periodistas, no quiso dar detalles.
“Vengo a administrar esta situación familiar, muy difícil por la protección a mi familia. Lo importante aquí es proteger su privacidad”, reiteró el exfuncionario.
Moreno negó haber golpeado a su pareja, como consta en la demanda. Según el expediente judicial, el exfuncionario habría ocasionado un rasguño de unos seis centímetros en una de las manos a la ofendida. Al parecer el incidente tuvo su origen cuando ella vio un mensaje de texto supuestamente comprometedor en su teléfono, lo que habría molestado a Moreno.
Al final de la audiencia, que duró dos horas y media, el exfuncionario salió del tribunal, pero no cambió su discurso: “El caso tiene reserva y la jueza me ordenó respetarla”, dijo. Los periodistas que lo rodeaban insistieron: ¿Por qué lo demandó la víctima?
“Son problemas familiares íntimos y lo importante es proteger y cuidar a mis hijos”, reiteró Moreno.