Estimado señor director, si me permite, quisiera referirme a las declaraciones efectuadas por el Secretario General del partido político FMLN, aparecidas recientemente en su medio de comunicación, evitando involucrarme en la contingencia de El Salvador.
Quisiera aclarar lo siguiente:
El modelo implementado por el gobierno de Chile, encabezado por el Presidente Sebastián Piñera, no puede ser visto solamente bajo la perspectiva en que la autoridad del FMLN lo califica peyorativamente como neoliberal. Ahora, si este calificativo significa tener un claro contenido y orientación social y que su prioridad es beneficiar a nuestros compatriotas más postergados, bienvenido el calificativo.
Este debe ser el fin principal que persiguen los gobiernos que la ciudadanía elige para que conduzcan los destinos del país. Encasillarlo en liberal, no liberal, progresista, izquierda o derecha, no ayuda a solucionar las urgentes soluciones que requieren los problemas de los más necesitados, este es el derecho humano principal de nuestros ciudadanos, conjuntamente con el respeto de sus vidas y sus derechos fundamentales.
En ese contexto social, se ha enfocado exitosamente nuestro gobierno y podemos enumerar algunos logros que benefician a nuestros compatriotas:
Haber logrado en 3 años 830.000 nuevos empleos, de los cuales un 60% corresponde a mujeres; lograr que el 40% de los trabajadores haya subido en la escala de movilidad social; bajar los índices de pobreza a un 14,4% y en ella sólo un 2,8% sea extrema.
Reducción de 10 puntos de la brecha entre ricos y pobres. Fijar un salario ético familiar equivalente a 540 dólares mensuales; aumento del 10% de los salarios reales; crecer a un ritmo del 6% alcanzando un PIB per cápita de 20.000 dólares, lejos el mayor de Latinoamérica.
2,3 millones de chilenos han obtenido soluciones habitacionales, aumento del postnatal de 3 a 6 meses.
Si estos logros no son calificados como grandes logros sociales, humanos y solidarios, no sé a qué se refiere el Secretario General, cuando nos pretende descalificar livianamente en este plano.
En lo que dice relación a la privatización de la educación, salud y servicios básicos –en la que privados compiten o son socias de organismos del Estado–, no sólo ha permitido la liberación de recursos para abocarlos a la gestión social, sino también para ofrecer una mejor calidad de vida para nuestros compatriotas, cumpliendo el Estado su rol fiscalizador, amparado por la legislación vigente respectiva.
Demás está decir que esta es una política de Estado que han hecho suya todos los gobiernos desde la vuelta a la democracia y que este gobierno ha logrado importantes avances muy superiores a las gestiones de los gobiernos anteriores.
Como lo señaló en su visita a El Salvador nuestro Presidente, hoy por hoy nuestro problema al tener empleo total, no es encontrar trabajo sino encontrar trabajadores que los efectúen, lo que permite mejorar sus niveles de salario y calificar mejor la mano de obra.
Erik Solheim, presidente del Comité de Ayuda al Desarrollo de OCDE, en reciente visita a nuestro país señaló: “Chile tiene un rol muy importante por desempeñar, compartiendo su gran experiencia en promoción de la democracia, en un rápido desarrollo económico y en sacar a la gente de la pobreza. Es un gran ejemplo de inspiración para el resto de Latinoamérica y también para el mundo”, indicó el noruego.
Como país tener una pujante economía orientada al comercio exterior, significa mejores empleos y mejor calidad de vida para los trabajadores y sus familias.
Los regímenes que el señor González dice preferir tienen sus propias realidades y ojalá que logren mejorar las condiciones de vida de los más necesitados.
*Embajador de Chile en El Salvador.