El Presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Eugenio Chicas, dio un paso atrás en su postura de que sea el mismo organismo colegiado que se encargue de transmitir los resultados electorales en las presidenciales de 2014, pues ayer aseguró que lo mejor es contratar a una firma internacional para darle confiabilidad y transparencia a dicho proceso. Este cambio de posición fue bien visto por su contraparte, el magistrado suplente, Douglas Alas.
Chicas, quien junto a los magistrados Gilberto Canjura y Eduardo Urquilla había propugnado la propuesta de que el TSE asuma la responsabilidad de transmitir los resultados de las votaciones presidenciales, dijo ayer en una entrevista a una radio local, que debido al debate que se ha generado con respecto a este tema, es preferible encargar esa labor a una firma de prestigio.
“Creo que el único camino que nos va a quedar es la de contratar a una empresa internacional con capacidad para eso. Yo no puedo adelantar criterio de qué empresa puede ser, lo que puedo asegurar es que será una empresa internacional porque hay que dirimir un proceso de contratación, de acuerdo a los términos de la ley”, manifestó el titular del organismo electoral del país.
La propuesta que Chicas y compañía han impulsado dentro del organismo electoral tiene un costo de $8,062,859 tendría el respaldo de República Dominicana y de Guatemala, quienes juntos pondrían a disposición del TSE, 1,900 equipos informáticos para la transmisión de los resultados electorales. Dicho sea de paso los magistrados que defienden este idea, aseguran que es un sistema que ha sido ya probado en Paraguay, Ecuador y en Guatemala, con resultados satisfactorios.
Sin embargo, esto último fue rechazado tajantemente por el partido ARENA, que pidió al TSE que el sistema a utilizar en el país en 2014 “no se relacione con mecanismos dudosos que se hayan utilizado en otras partes y más bien que se relacionen con experiencias transparentes utilizadas en El Salvador”.
En el mismo sentido se han expresado la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades) y la Iniciativa Social para la Democracia (ISD) que exigen la contratación de una compañía con experiencia.
De hecho, la iniciativa que impulsan los magistrados Argüello, Walter Araujo y Douglas Alas es la contratación de una empresa de la estatura de la española Indra que en las elecciones para alcaldes y diputados de 2012 tuvo a cargo la recopilación y emisión de los resultados de esas votaciones, y dejó buena impresión en los partidos políticos en contienda y en la población votante.
Es por ello que ahora que Chicas ha dado un giro en su postura, Douglas Alas considera que es algo positivo para desentrampar las discusiones al interior del organismo.
“En buena hora, yo me alegro muchísimo que se pueda llegar a un acuerdo, que es la idea y es el fin de esto, que las elecciones se realicen transparente y que la transmisión sea rápida. Como Tribunal damos la seguridad de que el acuerdo se va a llegar y que estamos en los tiempos para poder trabajar conforme lo dicta la ley”, externó Alas tras conocer la nueva propuesta de Chicas.
Para la contratación de esa empresa estos magistrados han calculado un presupuesto de poco más de $10 millones, pero que daría confiabilidad al sistema y legitimidad al candidato que resulte ganador en los próximos comicios, lo cual dudan que suceda si el TSE hace esa labor.
En ambas propuestas, una parte del presupuesto va para la contratación de la empresa internacional y otra buena parte para la contratación y capacitación de personal y para la logística el día de las votaciones.
Pese a todos estos cuestionamientos y dudas, el presidente del TSE defiende la credibilidad de su propuesta.
“Yo estoy seguro que perfectamente el Tribunal lo podemos hacer, que tenemos capacidad, que tendríamos apoyo de distintas instancias para lograrlo, pero la manera como se ha decantado el debate y la necesidad de dar confianza y garantías a los partidos en contienda, cierran esa posibilidad”, justificó Chicas al explicar el cambio de postura.
Inicialmente el TSE había pedido al Ministerio de Hacienda un presupuesto de $44 millones para el Plan General de Elecciones 2014 (Plagel), sin embargo, el ministro Carlos Cáceres se los recortó a 432 millones y de los $14 millones que habían presupuestado solo para el rubro de la transmisión de los resultados electorales, solo les dejó $4.5 millones.
Ahora el titular del TSE acepta que lo que habían solicitado inicialmente era demasiado oneroso, pues con los $8 millones que ellos proponen es más que suficiente para garantizar la confiabilidad de los datos finales.
“Con los ocho millones es plata suficiente para contratar una empresa del mejor nivel, del primer nivel para transmitir los datos”, manifestó Chicas durante la entrevista radial.
En esto, estimó Douglas Alas, quien es el suplente de Walter Araujo, tiene que demostrar su contraparte, de que ese dinero es suficiente para cubrir todos los gastos.
“Si la tercerización (contratar empresa) y los costos de transporte y de transmisión valen menos pues, y nos lo demuestran y nos lo comprueban que técnicamente es viable, no tenemos ningún problema en aceptar (los $8 millones que propone Chicas y compañía)”, aseguró Alas.
De hecho, ayer hubo reunión de magistrados del TSE, pero no lograron acuerdo alguno sobre este tema.
Chicas también reconoció que el proceso de licitación para la contratación de la compañía que estará al frente de la transmisión de resultados se debió haber hecho tiempo atrás. “Eso debió de haber ocurrido hace dos meses; por lo tanto, hoy tenemos que correr; o sea, hoy el tiempo es apremiante, pero estamos en tiempo”, dijo.
Recordó que en las elecciones de 2012 la contratación de la empresa española Indra se decidió en diciembre de 2011, es decir a tres meses de los comicios del 11 de marzo de 2012 y se salió bien librado con una transmisión de resultados que complació a partidos y ciudadanía.
Con la impresión de las papeletas de votación, el titular del TSE aseguró que no se puede iniciar el proceso de licitación pues antes la Sala de lo Constitucional debe resolver si la papeleta de votación debe o no llevar la fotografía de los candidatos.