Dos reclusos del centro penal de San Francisco Gotera, en Morazán, quienes eran miembros de la mara Salvatrucha, fueron encontrados muertos ayer. Los sujetos fueron identificados como José Eduardo Caballero y Wilmer Antonio Flores.
Las autoridades fueron alertadas del hecho a las 10:00 de la mañana y, más de una hora después, elementos de la Policía, Fiscalía y de Medicina Legal hicieron los reconocimientos forenses.
Un empleado del presidio, quien por seguridad no quiso identificarse, aseguró a El Diario de Hoy que los reos fueron llevados por sus compañeros de celda hacia la clínica para que les dieran asistencia médica, pero, según él, murieron antes de recibirla.
“Según Medicina Legal, ellos murieron asfixiados, es decir, ahorcados, pero por el momento se están investigando más las causas del hecho”, dijo el empleado.
La fuente sostuvo que el hecho fue repentino, porque no se escuchó nada ni se produjeron desórdenes que pudieran desatar una riña entre los internos.
Por su parte, el oficial de turno de la Policía manifestó que, al mediodía, agentes de la Unidad de Mantenimiento del Orden (UMO) ingresaron a la prisión para garantizar la seguridad mientras las autoridades sacaban los cadáveres.
Caballero cumplía una condena de 14 años por el delito de extorsión y 15 más por homicidio. Apenas llevaba tres años recluido.
Flores ingresó al recinto en junio de 2012 y purgaba una pena de cuatro años por el delito de portación y conducción ilegal de arma de fuego.
Herido de bala
Un hombre de 60 años fue lesionado de bala ayer a las 12:30 de la tarde en la calle San Antonio Abad, de la colonia Escalón, en San Salvador.
Según la Policía, sujetos armados a bordo de un vehículo interceptaron a la víctima que estaba en su negocio, en el sector conocido como La Bomba, situado cerca de la 75a. Avenida Norte.
La víctima fue llevada a un hospital mientras agentes policiales recolectaban evidencias en la escena.
Aunque los policías que custodiaron la zona se mostraron herméticos con la información, algunos lugareños dijeron que dos hombres dispararon contra la víctima desde un pick up café, placas P 316-717, que luego fue dejado en la zona.
Los habitantes se quejaron de que el sector se ha vuelto peligroso, pues los delincuentes lo están utilizando como escondite para evadir a las autoridades.