También lidiar con el subsidio de gas

El cobro del subsidio del gas propano y la compra de este se ha vuelto un dolor de cabeza después de tantas modificaciones.

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La manufactura es uno de los principales sectores de la productividad y la economía. Foto edh

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2013-06-03 8:00:00

A la escasez advertida por las gaseras, se suma la incertidumbre sobre si funcionará el enésimo cambio hecho al sistema de entrega de subsidio al gas propano.

El plan piloto ha comenzado en San Miguel, a pesar de las críticas de analistas económicos que han asegurado que la nueva forma quebrará a muchas tiendas debido a que les restará liquidez, además de que incrementará los costos.

Fue hasta el pasado viernes cuando los afectados se enteraron de cómo funcionará el mecanismo: el beneficiado se acercará a un punto de venta afiliado al sistema, presentará su recibo de energía eléctrica; el vendedor del producto le confirmará al Minec que el comprador tiene derecho a la subvención, el consumidor entregará la diferencia del valor del cilindro y recibirá el producto.

Lo que han criticado economistas como Ricardo Esmahan y Luis Membreño es que los pequeños negocios que participen del esquema tendrán que esperar demasiado tiempo para que el Gobierno les abone a una cuenta lo subsidiado.

Con los pobres márgenes de ganancia que la fórmula les permite a las tiendas y debido a que solo recibirán una parte del valor del cilindro en efectivo, muchas quedarán descapitalizadas.

A pesar de que la focalización fue planeada para reducir el gasto en subsidios, las constantes modificaciones han resultado muchísimo más caras que el ahorro, además de generarle más dolor de cabeza a la población: desde el engorroso paso para cobrarlo hasta el robo de recibos de energía eléctrica.

En 2011 el subsidio para la comprar del gas significó una erogación de $163 millones, y en 2012 se gastaron $130 millones. La semana pasada la Asamblea Legislativa reorientó $26 millones para cumplir con deudas derivadas de este mecanismo.