Extraditan a EE. UU. al ex presidente Alfonso Portillo

El exgobernante será juzgado por el delito de conspiración para lavar $70 millones

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Alfonso Portillo (c), de 61 años, se convirtió en el primer exjefe de Estado guatemalteco en ser entregado a la justicia estadounidense. foto edh / reuters

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2013-05-24 7:00:00

GUATEMALA. El gobierno de Guatemala extraditó ayer al expresidente Alfonso Portillo a Estados Unidos para que enfrente cargos por conspirar para lavar $70 millones de las arcas públicas del estado través de una serie de cuentas bancarias estadounidenses.

El juicio se celebrará en un tribunal federal de Nueva York, que también lo acusa de malversación de $1.5 millones donados por el gobierno de Taiwán para comprar libros para niños guatemaltecos.

El exgobernante fue trasladado desde un hospital militar, donde convalecía luego de que se sometiera a una operación en el hígado y una enfermedad cardíaca, y fue puesto en un avión, según su abogado Mauricio Berreondo.

“Responsabilizo al gobierno de lo que pueda pasarle”, dijo Berreondo. “Portillo está enfermo y hay varios recursos legales pendientes… y no lo pueden extraditar. La orden de sacarlo del hospital es del ministro de gobernación Mauricio López Bonilla”.

Uno de los recursos pendientes era una apelación que buscaba establecer judicialmente el actual estado de salud de Portillo.

“Lo llevan a Miami y luego a Nueva York”, dijo Berreondo.

La embajada de Estados Unidos en Guatemala se congratuló de la extradición del exmandatario.

“La extradición había sido autorizada desde 2011 por la Corte de Constitucionalidad de Guatemala”, dijo la embajada en un comunicado. “Esta decisión es una importante afirmación del estado de derecho y el debido proceso en Guatemala. Elogiamos los esfuerzos de las autoridades guatemaltecas en el fortalecimiento del estado de derecho y el combate al crimen organizado y la corrupción”.

El caso de Portillo en EE. UU. indica que el exmandatario presuntamente depositó dinero en cuentas bancarias de Miami y desde allí, transfirió la plata a una cuenta de París, que estaba a nombre de su exesposa y de su hija.

El exgobernante dijo que el proceso penal no es más que una represalia política elaborada por poderosos empresarios guatemaltecos y por el gobierno de EE. UU., ante su negativa de plegarse a sus intereses. También dijo que la solicitud de extradición constituye una violación de sus derechos humanos.

En 2010, la policía capturó a Portillo en una playa preparándose para huir de Guatemala por barco, un día después que las autoridades de EE. UU. lo acusaran de lavado de dinero.

El máximo tribunal de Guatemala, la Corte de Constitucionalidad, avaló la extradición en agosto pasado, después de que fuera firmada por el expresidente Álvaro Colom, a pocas semanas de dejar su cargo en enero de 2012.

En 2011, un tribunal guatemalteco declaró inocente a Portillo de acusaciones de haberse robado $15 millones del Departamento de Defensa del país, cuando gobernó Guatemala de 2000 a 2004.

Los abogados de Portillo han tratado hasta el último momento de frenar el traslado del exmandatario e incluso ayer presentaron un ‘habeas corpus’ tras conocer el permiso definitivo aprobado por el Gobierno, según el periódico Siglo 21.

Las fuerzas de seguridad acudieron ayer por la mañana a buscar a Portillo al Centro Médico Militar donde se encontraba ingresado desde abril debido a problemas respiratorios. Se da la circunstancia de que en este mismo centro también está el exdictador José Efraín Ríos Montt, condenado a 80 años de cárcel en una sentencia que la Corte de Constitucionalidad anuló esta semana.

El ministro de Gobernación (Interior) de Guatemala, Mauricio López Bonilla, ha defendido la extradición a EE. UU. de Portillo y declaró que el Gobierno se limitó a cumplir con un procedimiento “administrativo” plenamente legal.

Según publicó Prensa Libre, al ser consultado Bonilla sobre la hora en que Portillo llegará a EE. UU., no lo precisó; solo indicó que al arribar en la nave aérea, él será trasladado hacia un centro hospitalario en Nueva York, debido a que se encuentra convaleciente de salud. —AGENCIAS