Centros escolares con dificultad para dar refrigerio a alumnos

Los alimentos deben de ser cocinados por los padres de familia afuera de las instituciones

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Hay padres de familia que dejan otras ocupaciones para cocinar los alimentos en las escuelas. Foto EDH / MAURICIO GUEVARA

Por Mauricio Guevara comunidades@eldiariodehoy.com

2013-05-24 8:00:00

SANTA ANA. Varios centros escolares santanecos se quejaron por las limitantes que enfrentan para preparar los alimentos a los estudiantes pues carecen, en mucho de los casos, de espacios adecuados para ello.

Eso contrasta con la ampliación del Programa de Alimentación y Salud Escolar (PASE), que pretende beneficiar a alumnos de instituciones de bachillerato.

Tradicionalmente lo recibían alumnos de parvularia y educación básica (hasta noveno grado).

El lanzamiento fue hecho el jueves en el Instituto Nacional de Santa Ana (INSA) por las autoridades del Ministerio de Educación.

Algunas escuelas consultadas señalaron que no basta con recibir los insumos básicos para preparar la alimentación; sino que además requieren de otros ingredientes que la dependencia gubernamental no les provee.

Hay padres de familia que deben de adquirir tomates, chile dulce y papas, entre otros, para darle un mejor sabor a las comidas.

Otros ni siquiera cuentan con la infraestructura adecuada para su preparación.

En el Complejo Educativo Capitán General Gerardo Barrios los alimentos son almacenados en una bodega.

Sin embargo, las autoridades de la institución deben repartir los granos básicos a los padres de familia para que se encarguen de cocinarlos en sus casas.

La mecánica que utilizan en dicho centro educativo es que un padre de familia cocina para todo el grado. Así se van rotando hasta que todos los padres participan de esta obligación.

“No contamos con un lugar adecuado en donde podamos cocinar en grande los alimentos. Me imagino que también habría que contratar cocineras”, explicó el director de la institución, Marco Antonio Dulce.

Hasta el viernes, 1,696 estudiantes eran favorecidos con el alimento. A partir del lunes se le sumarán otros 300 alumnos de bachillerato debido a la ampliación del programa.

La dificultad para cocinar los alimentos no solo la enfrentarán las escuelas que atienden bachillerato.

De la misma situación se quejan en el Centro Escolar Leopoldo Mayén Torres, que ni siquiera cuenta con un espacio ideal para el almacenamiento de los alimentos.

Antes lo hacían en una bodega que estaba en el tercer nivel del edificio. Pero desde hace unos cinco años las láminas de asbesto terminaron su vida útil, por lo que comenzó a filtrarse el agua.

“Lo que hicimos fue dividir un grado en dos”, explicó el director, Rafael Figueroa.

En este lugar tampoco se cuentan con área física para cocinar.

“Cuando (los padres de familia) no tienen tiempo de cocinar, le pagan a la señora del chalet para que lo haga. Eso es un gasto que corre por cuenta de los padres” dijo.

El director del Centro Escolar Insa, Ismael Quijada, explicó que ellos debieron de convertir una tienda escolar en cocina y bodega.

“Esto nos permite tener el espacio físico para poder cocinar las grandes cantidades de alimento para atender a todos nuestros jóvenes”, explicó.

Un total de 3 mil 800 estudiantes de educación media recibirán su comida.

El viceministro de Educación, Héctor Samour, dijo que con la ampliación del programa se estará beneficiando a 54 mil 273 estudiantes de bachillerato en el país. Serán invertidos $24 millones 798 mil 911.

“Hemos extendido el programa de alimentación a todos los niveles educativos y el programa de vaso de leche líquida este año lo vamos a emplear en 800 mil estudiantes, dos veces por semana”, dijo.