Robo de ganado azota a ganaderos de Tacachico

En ocho meses, unas 100 vacas han sido destazadas por bandas de cuatreros

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Dos vecinos del cantón Puebla, en San Matías, observan los restos de cuatro vacas destazadas ayer por una banda de cuatreros. Foto EDH / Marlon Hernández.

Por Jorge Beltrán Luna comunidades@eldiariodehoy.com

2013-05-30 8:00:00

Cada noche de miércoles o sábado, decenas de ganaderos del municipio de San Matías, San Juan Opico y San Pablo Tacachico cruzan los dedos para no encontrar, a la mañana siguiente, a sus reses reducidas a huesos y vísceras.

Pero ayer, Vicente Lobo no tuvo suerte. Cuatro de sus mejores vacas lecheras desaparecieron del corral de donde las dejó la tarde del miércoles. Como a 800 metros del corral solo halló un montón de huesos, vísceras y sangre. Era todo lo que los ladrones habían dejado.

Las halló a la orilla de un cañal del cantón Puebla, en San Matías, limítrofe con San Pablo Tacachico.

“Hace tres días que dejé de desvelarme cuidándolas; pues sí, porque uno tiene que trabajar al siguiente día. Y mire hoy allí están mis animales”, explicó Vicente con evidente desconsuelo.

Cien vacas destazadas en los últimos ocho meses

En el sector norte del departamento de La Libertad, una banda de ladrones de ganado (vacas y caballos) está afectando al rubro ganadero de esa zona sin que hasta el momento las autoridades hayan tenido la capacidad, según dicen ellos, de poner paro a ese azote. Ganaderos de la zona afectada aseguran que sólo de octubre la fecha, unos 100 semovientes han sido destazados por los cuatreros.

Son muchos los ganaderos afectados, mayormente quienes tienen ganado en potreros de San Pablo Tacachico y que por la lejanía de sus viviendas no pueden cada tarde arrearlas lo más cerca posible de sus casas.

Las pérdidas son cuantiosas, afirman los afectados. Pero lo que es peor, la mayoría prefiere encajar en silencio las pérdidas porque no confían en el sistema judicial ni en la efectividad de la Policía.

A principios de marzo pasado, la Policía hizo un operativo en la zona de San Juan Opico y San Pablo Tacachico que dejó 17 presuntos cuatreros detenidos.

Pero en menos de seis días, todos salieron en libertad. Solo dos quedaron detenidos por otros delitos acumulados.

La resistencia a no denunciar el destace clandestino es porque en el caso de los 17 capturados, el juez ante quienes fueron acusados no tuvo reparos en mencionar ante los detenidos el nombre de los ganaderos que los habían denunciado y colaborado en la investigación policial.

Dos veces por semana

Con las cuatro vacas destazadas ayer suman ocho los animales que Vicente Lobo ha perdido. Las primeras cuatro se las destazaron el 6 de diciembre de 2012.

Se las robaron del mismo lugar y las destazaron en el mismo cañal en que ayer halló los restos de sus animales.

“Eran vacas lecheras; con lo que ganaba con ellas mantenía a dos cipotes (hijos) en la universidad. Hoy no sé cómo vamos a hacer”, dijo Vicente, quien calculó las pérdidas en unos cuatro mil dólares.

En la mañana del domingo anterior, Jorge, otro ganadero de San Pablo Tacachico, halló tres de sus reses reducidas a huesos, pellejos, patas y cuernos. Como a Vicente, a Jorge no era la primera vez que le “pelaban” vacas.

Ocho días antes, a Luis también le destazaron tres vacas y a otro lugareño le mataron dos caballos.

Los afectados señalan a un tal Boanerges como quien supuestamente compra la carne de las reses robadas y destazadas. La Policía también tiene esas sospechas, aseguran algunos agentes.

Ayer varios ganaderos pidieron a las autoridades que presten atención al problema, pues los delincuentes han incrementado los robos a dos veces por semana. “Hay gente que le han pelado las únicas dos vaquitas que tenía”, aseveraron los afectados.