“Otro gobierno del FMLN no entendería lo que necesita la inversión para crecer”

La falta de una estrategia para dinamizar la economía, según Roberto Murray Meza, es una de las causas por las que El Salvador está a la zaga del resto de Centroamérica.

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Roberto Murray Meza es el presidente del Grupo Agrisal.

Por Por Lilian Martínez | Fotografía Cortesía de Agrisal

2013-04-29 12:06:00

Horas antes de inaugurar Plaza Tempo, el más reciente proyecto de Grupo Agrisal en la región, Roberto Murray Meza, presidente de dicho conglomerado, conversó en exclusiva con Expansión. Explicó por qué Costa Rica y Panamá son atractivas para el Grupo, habló sobre su receta para evitar que el saldo negativo de las cuentas públicas crezca cada vez más, e incluso analizó a los candidatos a la presidencia, y visualizó lo que podría pasar si el FMLN gana nuevamente las elecciones presidenciales.

Desde su punto de vista, ¿qué es lo que tienen las economía de Panamá, Nicaragua y Costa Rica que las hace más dinámicas que la de El Salvador? ¿Qué le hace falta a la dinámica económica en El Salvador?

Yo le contestaría de esta manera: siento que la estrategia de desarrollo no se improvisa. Siento que se piensa. Siento que se consensa y siento que se acciona en función de un plan. No se actúa de una forma incoherente, sino con cierta coherencia, con claridad de a dónde queremos ir y qué se necesita para llegar ahí. Eso, en términos generales.

¿Y en términos específicos?

Lo que encontramos en Costa Rica es una estrategia de 30 años. La fundación de Fusades coincide mucho con la Cinde (Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo). Fusades se fundó en 1983. Yo tuve el privilegio de ser su primer presidente. Cinde fue fundada un año antes.

Nosotros reflexionamos sobre el modelo de Cinde para crear nuestro propio modelo en Fusades. La situación de El Salvador, hace 30 años, era muy diferente a la de Costa Rica. Costa Rica era un país emergente sin una estrategia de desarrollo. El Salvador era un país en guerra sin institucionalidad.

Entonces, la estrategia de Fusades tuvo que ser un poco más ambiciosa y buscar la coherencia en la institucionalidad y la proyección de cómo salir de la crisis. Era una estrategia de supervivencia, más que de crecimiento.

Creo que Fusades ha sido muy exitosa, pero en el proceso no tuvo la oportunidad de concentrarse, de especializarse, tanto en el tema de las inversiones y de la diversificación de exportaciones como lo hizo Costa Rica.

Entonces, ni el gobierno de El Salvador, ni las instituciones gremiales y ONG que se dedican al desarrollo del país pudieron hacerse cargo de todos los temas y se hicieron cargo del tema prioritario que era la supervivencia, salir de la crisis, recuperar la institucionalidad y avanzar.

En Costa Rica encontramos que nos insertamos en un país con cuya estrategia coincidíamos. Queríamos tener aquí un centro corporativo para que aquellas empresas que la señora ministra de Comercio Exterior y Cinde anduvieran promoviendo en Chicago, en Corea, en Europa, en Sudamérica, tuvieran una sede acá. Este edificio puede ofrecerles una sede. Para que instituciones costarricenses, abogados, empresarios, profesionales costarricenses, que quisieran participar de esa estrategia dinámica, audaz y avanzada de globalización pudieran tener un hotel y un centro corporativo donde ubicarse. Entonces, nos sentimos muy cómodos.

Y ¿qué han encontrado en Panamá?

Hemos visto mucho lo que está pasando, con el catalizador adicional de la inversión del Canal. Mucha gente predijo que los panameños no iban a tener la capacidad de manejar el canal. Los panameños han tenido la capacidad de manejar el canal en una forma rentable, han tenido la capacidad de crear inversión de los ingresos provenientes del canal y de crear la economía más dinámica de América Latina.

El hecho de que Panamá ya era un centro financiero y a eso se le agrega toda la dinámica de inversión, que probablemente sea una de las inversiones de infraestructura más grandes de América Latina, manejada por panameños, invirtiendo los réditos de eso en Panamá, ha creado un boom que creo que sostendrá el crecimiento de Panamá por muchos años.

Entonces, estos dos países ofrecen una visión de lo que puede hacer un país que decide no improvisar su estrategia sino que trabajar arduamente, coherentemente y armónicamente entre los diferentes sectores de la sociedad.

Hay un proyecto, la construcción de un complejo en la Zona Rosa. Usted ha explicado que lo están actualizando. ¿Cuándo más o menos se iniciaría la construcción?

Yo diría que el concepto lo deberíamos de tener definido el año entrante y, posiblemente, el año entrante o a más tardar en el 2014 se haga… Esa sería mi meta.

Hicimos un proyecto que ya está desactualizado. Aquí hemos logrado experiencia que queremos incorporar en el proyecto de El Salvador.

Hemos encontrado experiencias con el proyecto de Panamá que ya podemos hacer un hotel mejor que el que habíamos diseñado. La clave está en eso.

La complacencia es nuestro peor enemigo. Tenemos que buscar cómo a través de la actualización, la novedad y el desarrollo de particulares, especiales y singulares características distintivas el proyecto sea competitivo.

¿Cuáles pueden ser esas características?

En Plaza Tempo, por ejemplo, hay estándares de seguridad que superan las exigencias de los códigos de construcción y de operación de edificios en Costa Rica y están apegadas a los estándares, códigos y exigencias norteamericanas.

Eso hace que el proyecto se encarezca, pero más que encarecerse le agrega valor y, al agregarle valor, se vuelve más atractivo. Porque las firmas que vienen a Costa Rica para el futuro van a ser más exigentes con los estándares de calidad y de seguridad para sus ejecutivos. Este edificio ya está preparado, supera las normas de cualquier otro centro corporativo en Costa Rica en ese sentido.

Los estándares aplicados en Costa Rica ¿se aplicarían en El Salvador?

¡Y más! Actualizaríamos, improvisaríamos, desarrollaríamos quizá un concepto más sofisticado basado en la experiencia que estamos teniendo aquí.

Nos interesa tener su opinión cómo empresario. Ya es un hecho que el próximo año el presupuesto general de la nación será de 4,505 millones de dólares. Eso supera en 200 millones el presupuesto de este año. Además de recortar los gastos del Estado, ¿qué recomendaciones podría dar para no ir año tras año aumentando ese presupuesto?

He notado un fenómeno muy peculiar y muy interesante en El Salvador. Un día sale en los titulares de los periódicos: “El ingreso fiscal supera en ‘x’ por ciento el ingreso fiscal del año pasado”. Digamos 18 por ciento. Al día siguiente salió otro titular: “Los gastos del Estado superan”, digamos, “24 por ciento los gastos del año pasado”.

Entonces, el crecimiento de los ingresos fiscales ha sido vigoroso, ha sido dinámico, ha sido sostenido. Pero el crecimiento del gasto ha excedido las posibilidades de ese ingreso. Lo que ha faltado, creo, es un poco de cómo racionalizar el gasto.

Recuerdo que en los años 80, cuando se funda Fusades, el presidente de la república era (José Napoleón) Duarte. Él era un gran comunicador y una de las formas con las que trataba de explicar este dilema de mayores gastos con menores ingresos y de cómo había que ajustar eso era con la expresión “hay que sincerar la economía”, ja, ja… Se lo inventó él, porque eso no viene de la teoría económica, eso era una forma de usar el lenguaje popular para que la gente entendiera. No podemos ser “hipócritas en el gasto” y “sinceros en la recaudación”. “Sincerar la economía” para él significaba balancear el ingreso con el gasto. Yo creo que eso es lo que falta en El Salvador.

No es sólo de incrementar el gasto, sino de asegurar que hay un balance entre lo que se gasta y lo que ingresa.

Otro elemento fundamental, insisto y quizá peco de repetitivo, es el compromiso serio con la estrategia de atracción de inversión extranjera y la estrategia de promoción de exportaciones diversificadas, incorporando en esa oferta de exportación, cada vez más, un componente tecnológico.

¿Qué debemos entender por “un componente tecnológico”?

Costa Rica no solo ha incrementado sus exportaciones, sino que ha mejorado la oferta exportable haciéndola cada vez más tecnológica. Aquí se dice que Costa Rica es el país que más exporta válvulas para el corazón. La mayor parte de esas válvulas se hacen en Costa Rica. Pero ¿qué es lo que está haciendo Costa Rica con eso? No está exportando unas cositas que quizá cuestan dos mil dólares. Está exportando el conocimiento y la tecnología requerida para hacer un instrumento científico. ¿Qué implica eso? Que Costa Rica ha invertido en que las universidades produzcan los profesionales que pueden manejar esa tecnología. ¡Lo que exporta Costa Rica es ese conocimiento materializado en esa válvula! Es una filosofía de desarrollo de exportaciones muy sofisticada y, por eso, es que tiene éxito.

Leí que el crecimiento de la inversión económica de Costa Rica ha crecido 15 % anualmente en los últimos 10 años. ¡Eso no es una suerte! Eso es una estrategia política que el gobierno, solo, no la puede crear. El sector privado, solo, no la puede crear. Es una cosa que requiere de la colaboración de universidades, sector privado y gobierno.

El Salvador tiene que buscar esa oportunidad.

Yo creo que el Asocio para el Crecimiento es un primer paso en esa dirección. Creo que el gobierno estadounidense nos está dando una guía de hacia dónde seguir. Creo que el gobierno de El Salvador ha hecho bien en incorporar a este grupo de empresarios en esa estrategia. Pero la crisis institucional del país no le ha dado el oxígeno para que esa estrategia tenga éxito.

En una conversación previa, usted ha dicho: “Pase lo que pase, el Grupo Agrisal seguirá invirtiendo en El Salvador”. ¿Qué pasaría si en las próximas elecciones gana el FMLN nuevamente?

Lo que pasaría probablemente es que habría un gobierno que quizás no entienda lo que necesita la inversión extranjera para que pueda prosperar. Quizás no entendería tan bien, por lo menos, que sería más difícil para que la economía prospere, para que esto le dé seguridad, tranquilidad y confianza a los inversionistas extranjeros y para que se incorpore en El Salvador un sector empresarial más dinámico, más seguro de sí mismo, con una visión de largo plazo.

En estas cosas, uno puede funcionar en cualquier ambiente. Pero en cuanto más propicio el ambiente para este tipo de estrategia, mejor salen las cosas.

Nicaragua es un fenómeno interesante. En Nicaragua hay un gobierno de izquierda, populista, que en alguna medida le permite al sector privado hacer sus negocios. Creo que Nicaragua es uno de los países más exitosos en el control de la delincuencia. Continuamente se detecta en Nicaragua la intersección de narcotráfico de gran escala. Hay algunas cosas que funcionan en Nicaragua. El problema de Nicaragua es su institucionalidad política, la profundización de su democracia, la violación de los preceptos democráticos por parte del gobierno.

Si por un lado Nicaragua está avanzando; por otro, hay una crisis institucional que se va volver cada vez más difícil de resolver.

Como empresario ¿es válido estar tranquilo ante una democracia que no profundiza, no se consolida?

Yo sé cuál es su pregunta. ¿Sabe cuál es su pregunta? El problema es que se está viendo a Nicaragua en el corto plazo. En el corto plazo posiblemente las cosas salgan bien, pero en el mediano y en el largo plazo va a ser muy difícil que Nicaragua logre salir de su crisis y va a ser muy difícil que esa política de atrofio de la democracia tenga éxito.

Por otra parte, ¿cómo ve y califica a los candidatos para los próximas elecciones presidenciales?

Yo creo que no puedo opinar mucho sobre eso. Yo creo que lo que le puedo decir es: tenemos a dos candidatos. De parte de ARENA, un candidato muy carismático con una trayectoria muy exitosa en la alcaldía, que tiene gran aceptación popular. Y por el lado del FMLN, un candidato que es un hombre de la dirigencia combatiente del FMLN, un ortodoxo que tiene el apoyo del grupo duro del FMLN, pero no sé qué tanta aceptación va a tener de aquellos votantes indecisos y de aquellas persona que sienten quizás que el FMLN no ha hecho el gobierno que ellos esperaban en este periodo. Es un poco temprano opinar al respecto. Veremos qué es lo que el próximo año nos trae. Un elemento interesante, en ambos casos, va a ser cuál es la fórmula que los acompaña.

Creo que la campaña del FMLN va a ser muy fuerte con mucho respaldo de los recursos que ellos tienen y el partido ARENA no cuenta con recursos de esa naturaleza. Entonces va a ser una campaña muy diferente, creo.

Está la posibilidad de un tercer candidato, ¿esto podría crear las condiciones para una segunda vuelta?

A medida que el tiempo pasa veo menos posibilidad de una tercera candidatura.

No veo un partido que tenga la simpatía suficiente, de amplia aceptación, para que eso se dé. Pero ¡todo es posible en El Salvador! Y en esto sí que hay sorpresas.