Una de las obras que el Ministerio de Obras Públicas (MOP) considera insignia presenta ocho fisuras en las lozas. Es el bulevar Monseñor Romero. Las fallas están cerca del lugar conocido como “Redondel de la llanta pacha”.
El bulevar tiene 73 días de ser utilizado por más de 50 mil vehículos. Así lo previó en sus momento el MOP. En la obra se invirtieron $99.3 millones ($63 millones heredados de la administración anterior).
“En esta rampa se han encontrado cerca de ocho fisuras. Ya se está reparando”, afirmó el encargado de los trabajos de arreglo, Roger Álvarez.
Más de 26 metros cúbicos de concreto se utilizaron para repararlas y 20 trabajadores participaron en las labores.
El plazo contractual de las empresas que edificaron el tramo II terminó el 6 de diciembre de año pasado.
“Es una gran vergüenza que en tan poco tiempo se esté arruinando la Diego”, comentó un automovilista.
El titular del MOP detalló en su cuenta de Twitter que “las lozas que están cambiando son del proceso de recepción final de la obra. Garantizando calidad”.
Sobre las causas que ocasionaron los daños se desconocen a profundidad.
“La verdad es que ni nosotros sabemos a ciencia cierta lo que pasó. No tenemos una explicación técnica de las fisuras”, explicó Álvarez.
El tramo II- B lo construyó Inversiones Omni, S.A. de C.V. y es el que presenta las deficiencias.
Álvarez presume que los daños se deben a las condiciones climáticas. “Mi hipótesis es que el viento es uno de los problemas que afectaron, ya que el viento eleva la tasa de evaporación y es el que nos da la pauta de cuando se debe detener el colado del material”, añadió.
En su momento, Martínez detalló que la vía tendría una vida útil de más de 20 años. El tramo II tiene una longitud de 3.9 kilómetros que recorre desde la “Llanta pacha” de Ciudad Merliot hasta la Avenida Jerusalén y conecta con el bulevar de Los Próceres.