Una mujer moderna, y en ocasiones ruda, predominó ayer en la inauguración de la Semana de la Moda de París, en la que los diseñadores Dévastée, Anthony Vaccarello y Moon Young Hee decantaron por el blanco y el negro para la temporada otoño-invierno.
Vaccarello optó por diseños ajustados a la silueta femenina, en los que realzó aplicaciones metálicas, “algunas en forma rectangular para dibujar cinturones, como en arandelas que construyeron tejidos de cota de malla que se erigieron en una camiseta, en mangas, en tirantes o en franjas diagonales que atravesaban el cuerpo”, describe la agencia EFE.
Algunas de las piezas mostradas fueron minifaldas de cuero, pantalones pitillo, abrigos y boleros estructurados de lana.
El blanco y el negro también fueron eje de la colección de Dévastée.
Los diseñadores Ophélie Klere y François Alary incluyeron estampados humorísticos de carretillas, regaderas y lápidas.
“Esta colección se basa en algo más cerebral que de costumbre”, aseguró Klere a la agencia EFE, quien explicó que se inspiraron en elementos concretos de su región, el sudoeste de Francia, para crear unos dibujos que están presentes en el 70 % de las prendas.
Así, el dúo mostró blusas de mangas cortas y mangas largas amarradas a la cintura con pantalones pesqueros, zapatos planos y abrigos con cola.
En cuanto a tejidos la marca francesa optó por los gruesos, como la lana y el terciopelo, los cuales se mezclan con la seda.
Asimismo, la surcoreana Moon Young Hee presentó sus diseños en serie, para los cuales utilizó el blanco y el negro como colores base.
Con destellos de la rigidez masculina en la colección, la modista mostró una combinación de “abrigos, chaquetas y camisas de hombre sobre prendas más ligeras”.
Por su parte, los belgas Veronique Branquinho y Cedric Charlier, pusieron el toque de color a la primera jornada, aunque sin dejar fuera el blanco y el negro.
La primera modista belga exhibió diseños elegantes en tonalidades verdes, amarillos y dorados. Y algunas de sus modelos lucieron como accesorios sombreros bastante masculinos.
Cedric Charlier puso mucho más color con tonalidades rosas, amarillos, verdes, azules y cafés para sus vestidos ceñidos, de corte intrincado, pero al mismo tiempo se mueven con fluidez y parecen fáciles de usar, según AFP.
“El corte de los abrigos y chaquetas es femenino, con los hombros redondos, y los tejidos con nobles: algodón, satín, cashmere, pero también algodón, que Charlier trabaja para darle una mayor suavidad”, añade la agencia francesa. —EDH