Expertos cuestionan efectividad de campañas de troles políticos

Expertos con amplia trayectoria en el estudio y ejecución de campañas políticas internacionales analizan la temática

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Por elsalvador.com

2016-02-05 4:28:00

Dos expertos en comunicación política y redes sociales analizaron para elsalvador.com este tipo de prácticas en el contexto de las denuncias sobre una red de troles políticos que opera en el país, en la que se vincula al alcalde de San Salvador, Nayib Bukele.

“Cuando se descubre que un político u organización está detrás de un ejército de trolls es perjudicial”, asegura el asesor de comunicación Antoni Gutiérrez-Rubí. De nacionalidad española y con amplia experiencia en la materia, Gutiérrez-Rubí ha asesorado campañas políticas en España y varios países de Latinoamérica.

Para Gutiérrez-Rubí, “la reputación se ve todavía más perjudicada cuando trascienden contratos o cifras de lo que cuestan dichas estrategias (de troles políticos). Lo que la ciudadanía penaliza realmente es el uso de fondos en campañas negativas”.

Cuestionado sobre la constante tentación que pueden tener los políticos por llevar a cabo estrategias de spam político y troleo, Gutiérrez-Rubi sostiene que la tentación por incluir bots que inflen el número de seguidores de una cuenta “está dada por la obsesión que tienen algunos a evaluar su comunicación online con unas pocas métricas, cuando lo que verdaderamente importa es la generación de relaciones y alianzas y la capacidad de influenciar y motivar a la audiencia”.

“Algunos troleos son más agresivos que otros, más sucios, pero todos buscan desprestigiar al destinatario de la agresión (…) sembrar dudas en los internautas indecisos”, concluye.

Rafa Rubio, asesor en temas de comunicación y profesor del Máster en Comunicación Política y Corporativa de la Universidad de Navarra, en España, sostiene que sigue existiendo “cierta identificación de la red con el volumen”, y los políticos “caen en la tentación de subir el número de sus seguidores, lograr Trending Topics, o difundir información falsa sobre sus rivales”.

José Luis Orihuela, profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra y autor del libro Los medios después del Internet, asegura que la puesta en marcha de bots y troles con fines propagandísticos “son prácticas que están en las antípodas del concepto de red social como espacio de conversación y suponen una degradación de la comunicación política”.

“Una estrategia de comunicación basada en la mentira y la manipulación es una estrategia equivocada, no es comunicación y es mala política”, añadió.

Éticas o no: ¿Son efectivas estas prácticas?

“La utilización de bots para aumentar el número de seguidores o para lograr un trending topic puede servir en un corto plazo porque aumentan la notoriedad inmediata del político o la organización. Pero al poco tiempo dejan de servir porque no se están usando las redes para crear nuevas relaciones o para afianzar las existentes”, sostiene Gutiérrez-Rubí.

Rubio, por su parte, considera que “no son muy efectivas para mejorar la reputación propia pero pueden obligar al contrario a perder tiempo, y desmentir, contestar, bloquear (…) lo que puede resultar muy molesto”.

Sobre el mismo tema, Gutiérrez-Rubí advierte que “las campañas sucias en todas sus facetas a menudo actúan como un boomerang, puesto que en ellas también se pone en juego la credibilidad, la moralidad y la rectitud del emisor”.

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Consejos para los políticos en redes sociales

Rubio aconseja a los políticos que, antes de pensar en las redes como un nuevo medio de comunicación, “que piense las redes como un instrumento que puede contribuir a lograr los objetivos y las usen solo y de la manera que sirvan para lograr ese objetivo”.

Para Orihuela, una buena estrategia en redes sociales debe ser parte de un plan global de comunicación que integra medios convencionales y acciones en el mundo físico. y que no se limita a gestionar los medios propios (cuentas de partido y candidatos), ni los comprados (propaganda electoral en redes), sino que “se enfoca en los medios ganados (electores afines), que son quienes convierten de manera natural los mensajes en corrientes de opinión”.

Según Gutiérrez-Rubí, el político “tiene que aprender a escuchar. Las redes permiten un nivel de escucha atenta, activa, sensata y profunda sobre la opinión y el estado de ánimo de la gente. Sólo después de comprender y escuchar, llega el turno de hablar. Y hay que hacerlo con el mismo lenguaje de la gente, de las redes: audiovisual, infográfico”.