Todos los años, la entrega de los paquetes agrícolas, que hace el gobierno a través del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), viene acompañada de irregularidades, desórdenes y hasta anomalías de tinte político.
Este año, la entrega de los 375 mil paquetes agrícolas, programados por el MAG, arrancó con 20 personas lesionadas, la mayoría mujeres de la tercera edad.
El inconveniente se produjo el lunes recién pasado, durante la entrega de insumos en el centro de entrega ubicado en el ex-Instituto Regulador de Abastecimiento (IRA, conocido como el Kilo 5), en Acajutla, Sonsonate.
El incidente ocurrió cuando abrieron el portón de la bodega, pues la gente corrió y muchos quedaron hasta con fracturas. Según voceros de comunicaciones del MAG, el desorden fue provocado por las mismas personas, quienes buscaban ser los primeros en entrar.
Sin embargo, la Asociación de Cooperativas de Producción Agropecuarias Integradas (Acopai) considera que el accidente lo provocó la mala organización de las autoridades de gobierno, quienes deberían hacer un plan de entrega en forma escalonada, con horarios previamente establecidos.
Santos Adelmo Rivas, vicepresidente de la gremial, sostiene que es comprensible que las personas se desesperen después viajar desde lugares lejanos, permanecer sin desayunar (pues muchos solo llevan lo del pasaje del transporte), y pasar haciendo fila toda la mañana bajo el inclemente sol.
Las cosas se complican cuando los agricultores, después de haber pasado esperando toda la mañana, se dan cuenta de que no aparecen en el listado del MAG, habiéndose empadronado previamente, tal como las autoridades lo habían recomendado.
Tristemente esa es la realidad de muchos pequeños agricultores, como Antonio Bonilla, quien viajó desde Caluco hasta la bodega de San Julián, en Sonsonate, y tuvo que esperar todo la mañana, solo para que le dijeran que estaba fuera del padrón.
Don Antonio lamenta que lo hayan sacado del padrón porque ahora no podrá cultivar, y ese paquete agrícola era su única esperanza de poder hacerlo. “Somos como 20 los que nos vamos a regresar con las manos vacías”, dijo el humilde hombre.
Para el agricultor Carlos Rivas, la situación es peor, pues desde el año pasado ha buscado ser beneficiario del programa y no lo ha logrado, pese a haber viajado hasta San Salvador (al MAG) para cumplir con el respectivo empadronamiento.
“Uno tiene esperanza de recibir esa ayuda, porque estos tiempos están bien críticos, pero ahora no sabemos cómo vamos a hacer, a quién le podemos pedir que nos ayude”, dijo Rivas.
Los productores que ayer acudieron a San Julián también denunciaron que la entrega se estaba haciendo sólo con una lista (en papel), pues los encargados dijeron que no tenían “sistema”.
En el occidente del país, el panorama es similar, pues el problema es “que nos han sacado a mucha gente del padrón”, comentó Daniel Rivera, representante de la Asociación de Productores Agropecuarios de Usulután (Aspaud).
El gremio dice que del cien por ciento de personas que estaban en las listas de todas las comunidades, el 50 por ciento se ha quedado fuera.
“La gente está molesta porque el año pasado recibieron los paquetes y este año no les han dado. Han puesto a otra gente, la verdad es que han hecho una depuración que no esperábamos”, dijo Rivera.
La gente también está molesta porque en muchos casos los están mandando a bodegas de otros municipios, aunque les queda más cerca otra, y eso les está generando inconvenientes, sobre todo, económicos, ya que deben de pagar más por el transporte.
Tampoco no hay forma de consultar el padrón, pues solo lo tiene el Ministerio.
Se debe mejorar
Debido a las anomalías que cada año tienen que enfrentar, los productores creen que el sistema de entrega debería de mejorar.
La Asociación de Proveedores Agropecuarios (APA) considera que mientras la entrega de los paquetes agrícolas no se institucionalice, los inconvenientes van a continuar.
La institucionalización del programa significa que tenga su propia Ley, su presupuesto, su base operativa, su sistema informático, todo esto tiene que ser de forma permanente, dijo Óscar Albanés, gerente de la APA.
El padrón sólo podrá ser eficiente cuando tenga su propia base operativa, y en la medida que tenga su propia base de datos, su propia autonomía, en esa medida se van a superar las irregularidades.
Ese el planteamiento que el gremio ha presentado al MAG, pues cree que es el único subsidio gubernamental que realmente es útil porque resuelve un problema, que es la alimentación, y no como el del gas propano o el del transporte.
“Es un subsidio que valdría la pena mejorarlo, porque si no, van a continuar dándose anomalías”, comentó.
Sobre estas recomendaciones, Adelmo Rivas, quien también es coordinador general de Acopai para la zona occidental, sostiene que el sistema debería de pasar por una exhaustiva revisión.
Hay que ver, dice, en dónde se está fallando para no seguir cometiendo esos errores, como por ejemplo, que nunca se tiene bien definido el padrón que se utilizará para hacer la entrega a los productores.
En su opinión, el MAG debería hacer un censo cantón por cantón, caserío por caserío, para saber bien a ciencia cierta las personas que de verdad cultivan, es decir, quiénes deben ser los beneficiarios del subsidio.
Rivas dice que el mecanismo que se utilizó al principio, durante gobiernos anteriores, cuando eran los líderes de las comunidades y de las organizaciones comunales y de campesinos los que coordinaban las entrega de los paquetes, es bastante recomendable, solo habría que mejorarlo.
“Ellos representan a la gente que trabaja la tierra y la conocen… y la participación de ellos facilitaría la entrega. Ellos pueden presentar el listado de beneficiarios, siempre sujeto a verificación del Ministerio, por supuesto”, manifestó.
También se debe de superar otros retos, como el hecho de que muchas municipalidades intervienen en el proceso de entrega, con lo cual, el subsidio se torna político, pues cada partido quiere beneficiar solo a su gente.